El parámetro relevante no es la longitud de la Muralla (en torno a 7.300 km), sino su ancho, normalmente menor de 6 metros. Para ilustrar esto con un simple ejemplo, ver la Gran Muralla desde una distancia de 160 km [de altura] sería lo mismo que ver un cable de 2 centímetros de diámetro desde ¡más de medio kilómetro de distancia!
Incluso un ojo humano ópticamente perfecto sería incapaz de ver el monumento por dos razones: Primero, la distribución espacial de los conos en la fóvea central impone un límite a la agudeza visual de 2,3 (en torno a 20/9). En este caso, una imagen perfecta de la Gran Muralla estaría sobre un tercio del tamaño de un solo cono sin tener en cuenta la difracción pupilar. Segundo, los efectos de la difracción pupilar también limitan la agudeza visual humana a 5 (20/4) (para una pupila de 6 mm y una longitud de onda de 555 nm).
La otra «demostración» de medio-baja medio-alta tecnología que mencionan, aunque suene un poco a una broma, es… usar Google Earth:
¿Ves la muralla? ¿No? Pues hale. Esto está a 9.000 kilómetros de altura y tal vez sea algo exagerado, pero se puede comprobar que incluso a alturas como 10 ó 20 kilómetros es más fácil ver algunas carreteras que la propia Gran Muralla.
0 comentarios:
Publicar un comentario